Esta semana, los niños de las salas de 3 años jugaron al clásico baile de la silla, con una variante solo podían sentarse en la que tuviera su nombre escrito. Fue una experiencia llena de risas y emoción, donde además de disfrutar, los pequeños practicaron el reconocimiento de sus nombres de una manera divertida y dinámica. ¡Una gran forma de aprender jugando!